Aquella mañana en el andén decidió cambiar de rumbo, decidió seguir sus pasos y volvió a subir al tren. Cuando se cerraron las puertas sintió su propia respiración agitada. Se sorprendió a sí misma. Aquel tren llegaba a la sierra de Madrid y se preguntaba hasta donde llegaría ella. Estaba sentada, veía los colores del atardecer en el cielo a través de la ventana. Percibió un movimiento, parece que su parada sería la próxima, ¿a quién seguía? Giró su cabeza hacia la derecha y vio su propio reflejo. Se había alcanzado.
Cristina Ramos
3er. Premio IX Certamen de Relatos Breves de Cercanías Madrid 'El Tren y el Viaje'.
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