HONNI soit QUI mal y pense

HONNI soit QUI mal y pense
HONNI soit QUI mal y pense, a photo by aidibus

"Mal haya, el que mal piensa" es el título de la gran exposición que La Casa Encendida dedica a los últimos 10 años de Louise Bourgeois (París, 1911-Nueva York, 2010), una intensa autobiografía escrita a través de piezas en las que la artista exorciza su pasado y refleja su temor al rechazo y el abandono.

La Casa Encendida ha querido celebrar su décimo aniversario con una muestra en la que solo dos de las sesenta obras que componen el recorrido han sido vistas anteriormente en España, y un tercio de ellas no se han expuesto nunca y llegan a Madrid directamente desde su estudio.

Esculturas, dibujos, celdas-células, grabados sobre tela, ensamblajes o remiendos reconstruyen los diez últimos años de la vida de la artista, considerada por la crítica internacional como una de las más contundentes, sugerentes y extraordinarias de la historia del arte del siglo XX.

Hasta su muerte con casi cien años, Bourgeois no cesó de trabajar ya que para ella sus obras eran la forma de exorcizar su pasado, el de la infancia, presente durante toda su vida. Con un trabajo realizado al margen de las modas, Bourgeois hizo una obra giratoria en el sentido de que los problemas que le interesaban en los últimos años eran los mismos que le obsesionaron en su pasado.

De sus primeros años de infancia se desprende toda su obra:

Louise Bourgeois pertenecía a una familia dedicada a la restauración de tapices. Su vivienda estaba situada junto a un río por sus propiedades químicas adecuadas para tal actividad y frente a un matadero, de manera que el agua y los cuerpos fragmentados tendrán presencia en su obra. Su padre estuvo alistado durante la Primera Guerra Mundial, por lo que ella sintió la ausencia del padre y el nerviosismo de la madre durante sus primeros años. Después de la guerra, una vez cubierta esa ausencia su madre enfermó y la artista tuvo que cuidar de ella hasta su muerte en 1932. Su padre contrató a una institutriz que vivía con ellos y que además de enseñar inglés a los niños fue amante del padre durante diez años.

Durante la década de los 90 y hasta su muerte comienza una interpretación más compleja de su pasado y su construcción del presente. A los criterios arquitectónicos y espaciales añade todo un lenguaje de símbolos propios y la participación del espectador en sus instalaciones. Entramos en una de sus Cells y una vez nos deshacemos de la sensación de ahogo empezamos a descifrar esos objetos oníricos pero cotidianos que van a ser signos recurrentes: formas corporales esculpidas en cera, desmembradas porque ella se había sentido rota; las bobinas de hilo como recuerdo de la actividad familiar reparando los tapices y como metáfora de protección. Abunda frecuentemente el color rojo: "el rojo es sangre, dolor, violencia, peligro, venganza, celos, resentimiento, culpa. Son sentimientos cotidianos."

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Louise Joséphine Bourgeois (1911 – 2010) was a renowned French-American artist and sculptor, best known for her contributions to both modern and contemporary art, and for her spider structures, titled Maman.

Louise Bourgeois was from a family dedicated to the restoration of tapestries. His house was located next to a river by its chemical properties suitable for such activity, and next to a slaughterhouse, so that water and fragmented bodies have presence in his work. His father was enlisted during the First World War, so she felt the absence of the father and the mother's nervousness during their early years. After the war, once covered this absence her mother fell ill and the artist had to care for her until her death in 1932. His father hired a nanny who lived with them and also to teach children English was loving father for ten years.

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