De camino a Soria, volviendo por Burgos y Segovia

¡Qué bonito es viajar y conocer sitios chulos!, aunque haga frío, llueva, nieve y sople un viento que no puedas ni retener las ideas.


Camino a Soria por Torija


de Vinuesa a Laguna Negra

Parada en Vinuesa, en una atractiva panaderia-pastelería (Mogui), para reponer fuerzas para la subida a la Laguna Negra. En la guía leímos la curiosa tradición de la Pinochada, lamentamos que no fuera agosto.
Subida hacia la Laguna Negra en coche hasta donde pudimos y andando después, nevaba bastante. Tras diversas paradas fotográficas, los que bajan nos informan que la última senda tiene nieve hasta por encima de la rodilla y que sería complicado andar sin bastones, como no vamos preparados desistimos con la intención de volver al día siguiente más equipados, cosa que no hicimos ni tampoco quemamos los bollos que nos habíamos echado al cuerpo.


Soria y Numancia

Después de comer en Soria y visita rápida a Numancia (gratuita los fines de semana) porque cerraba a las 18:00, tuvimos suerte y el tiempo la respetó.
Vuelta a Soria, paseo lloviendo y concierto-protesta en los soportales del Ayuntamiento, con bastante público a pesar de la lluvia. Parada en la Taberna de Lázaro para planificar sobre plano las mejores tapas de cuchara de la fería gastronómica, la que más me gustó fue la Crema de ajo carretero en el Fogón del Salvador.


de Garray a El Burgo de Osma

Tras un copioso desayuno en la Posada de Numancia (Garray), nos aconsejaron visitar Valonsadero, un monte muy bonito lleno de pinos, llovía a mares, solo un corredor local y nosotros se habían lanzado a adentrarse por el bosque, después de un trecho abandonamos la aventura acuática, los calcetines ya empezaban a resentirse.

De camino al Cañon del Rio Lobo, visitamos Herreros, comimos en San Leonardo de Yagüe. Vimos el puente de los siete ojos de Arlanza, efectivamente tenía ese número y todos llenos de agua, hasta unos pinos sorprendidos aguantaban en el cauce crecido. Ermita de Arlanza, cerrada. Impresionante vista del río Ucero desde el Mirador de Galiana.

Un precioso paseo de 2 km por el Cañón del Río Lobo, que el tiempo respetó. Este cañón ha sido uno de los itinerarios más protegidos que usaban los peregrinos para enlazar con el camino francés del camino de Santiago.
Cuenta una leyenda que el Ápostol Santiago, montado sobre su caballo, saltó desde el alto de uno de los farallones del cañón. Los cascos dejaron sus huellas sobre la piedra, cerca del camino hoy utilizado, y allí donde quedó clavada su espada sería el lugar donde se levantaría la actual ermita de San Bartolomé.
La meta de nuestra mini-ruta de hoy era el famoso locus amoenus, la Ermita de San Bartolomé. La ermita está enclavada en un lugar equidistante de los dos puntos más septentrionales de la geografia peninsular, los cabos de Creus y Finisterre. Este punto central es el "Omphalos" (el centro del mundo). Es de origen templario de estilo románico o protogótico de los s. XII-XIII, solo la abren durante la Romería en agosto.

Vuelta sobre nuestro pasos con rumbo a El Burgo de Osma donde haríamos noche.


de Peñaranda a Ayllón

Dejamos que JB planificara la vuelta, el vallisoletano nos sacó de los campos Sorianos hacia Burgos. 
Paramos en Peñaranda y el Monasterio La Vid (en obras), fuimos a la Reserva de aves rapaces en las Hoces de Riaza, mucho viento y buitres circundándonos y con hambre como nosotros.
Comimos en el Restaurante Veracruz, con muy buenas vistas a Maderuelo o al embalse de Linares que con tanta lluvia tenía el agua muy revuelta y embarrada.
Última parada en Ayllón, donde descubrimos que "construyen Iglesias donde no las hay" y vuelta Madrid.

Comentarios

  1. Muy buenos los dibujos, con mucho color y detalles, ademas las explicaciones son muy útiles, para otros viajeros que quieran hacer la ruta.

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