El dragón de la Elipa


Muy conocido gracias a la entradilla de Barrio Sésamo, de la época de Espinete y su pandilla.
Ayer me alegré de encontrármelo cuidado y funcionando (no del todo, falta el tobogán lengua) rodeado de niños y abuelos entregados al tute.
La última vez que lo ví (2009) lucía de esta guisa.


Es el símbolo de la Elipa:

"Quedamos en el dragón a las cinco". "Coges el 28 y te bajas en la parada del dragón". "Subes por Marqués de Corbera y giras donde el dragón". Y así tantas y tantas tardes de juegos, visitas de amigos y familiares, paseos sin rumbo fijo, citas románticas, botellones adolescentes... En realidad, no es más que un trozo de hormigón, bastante tosco, feo incluso. Tiene los colmillos oxidados, la cola despintada, el vientre descamado y tapiado.

Pero el dragón de La Elipa, una escultura creada como juego infantil hace tres décadas, significa mucho para el barrio. Tanto que los vecinos, ante las noticias de que podría desaparecer bajo la piqueta, se han movilizado como no se recordaba desde la época más arrebatada del movimiento vecinal.

Al parecer fue la propia empresa constructora que urbanizó la zona la que creó el dragón usando un molde. Hubo más animales en otros barrios de la periferia. Algunos vecinos de la Elipa recuerdan un pulpo gigante, con toboganes en los tentáculos, más allá de la avenida de Daroca, que desapareció hace una década. Creen que el dragón, que ilustró la cortinilla de Barrio Sésamo, es de 1981. "Recuerdo cuando lo inauguraron... Qué expectación. Todos los niños del barrio ansiábamos subir...". "Es el espíritu del barrio. No puede desaparecer".


Afortunadamente el dragón sigue custionando el barrio de la Elipa, gracias a los vecinos que se encargaron el pasado septiembre de los trabajos de adecuación de esta estructura, elemento central de una antigua zona infantil de juegos (era un tobogán), que salía en la serie de televisión 'Barrio Sésamo'. Un grupo de voluntarios limpiaron y pintaron la escultura. 
Tras varias semanas de conversaciones con la Junta Municipal de Ciudad Lineal, esta se comprometió a colaborar con la sufragación de los gastos del material utilizado para la recuperación del dragón.

La pasada legislatura, el Gobierno municipal tuvo la intención de tirar abajo el dragón, argumentando que podía ser peligroso para los niños que jugasen allí. Los vecinos se opusieron, respondiendo que era un símbolo del barrio, y propusieron un proyecto 'low-cost' de regeneración de la zona que reconvertiría el antiguo espacio infantil en una zona verde, que hasta la fecha no ha logrado financiación municipal.

Fuente: El País y Madridiario.

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