Dicen que fue el primer rascacielos de Europa en 1930 por sus 89,30 m de altura. Fue construido como la sede de la Compañía Telefónica Nacional de España operativa desde el comienzo del siglo XX.
Durante la Guerra Civil fue objetivo habitual de la artillería por su función estratégica (puesto de comunicación), atalaya (para divisar al enemigo) y porque es un blanco fácilmente reconocible en el perfil de Madrid.
Sobre el edificio fueron contabilizados 160 impactos, al punto que la Gran Vía fue llamada por ello "la avenida del quince y medio" por ser este el calibre de los obuses utilizados. También la plaza Vázquez de Mella, que se encuentra a espaldas de la Telefónica, fue objeto de todos aquellos impactos que pasaban por encima del edificio, lo que hizo que los madrileños la llamaran la "plaza del guá" en referencia al agujero en el que se meten las canicas.
En la contienda la República vació las cinco últimas plantas porque estaban muy expuestas e instaló un puesto de observación en la terraza y un refugio antiaéreo en sus sótanos.
La cara más afectada por los obuses fue la de la calle Valverde, pero la compañía nunca cesó su actividad.
fuente: madridiario
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