Calle de Concepción Jerónima, número 20 donde siempre ha tenido el final de línea el bus 17, el que nos devolvía al barrio después de pasar la tarde de compras por el centro. Allí mientras esperaba en la cola junto a mi madre me entretenía mirando el esparate de Mármoles Molina: lápidas, adornos funerarios y otros elementos religiosos y arquitectónicos.
Este almacén, cerca de la plaza Mayor, es un edificio curioso de finales del siglo XIX de un estilo neoplateresco extraño con reminiscencia de renacimiento italiano, del que solo se conserva la fachada ¡y de milagro! porque a principios de los años 90, el edificio fue derribado por completo en "una reforma" por su nueva propietaria la empresa Día Textil.
Durante un tiempo fue un solar y centro de reunión de drogadictos.
Cómo la fachada histórica estaba protegida por el Plan General del Ayuntamiento de Madrid, la habían desmontado piedra a piedra y reposó despiezada y ordenada como un rompecabezas en un almacén de Vallecas.
Finalmente las obras se reanudaron y la fachada de arenisca de Novelda (Alicante) volvió a lucir en la calle Concepción Jerónima, pero ahora dando la cara a un local de ropa infantil de venta al por mayor.
fuentes: elpaís y rutas pangea
Comentarios
Publicar un comentario