Torres blancas

Torres Blancas, como la localidad de las dos mentiras, Puertollano,  que ni hay puerto ni es llano, solo es una torre y blanca blanca no se ve.

Su nombre tiene sentido al saber que en un principio se habían proyectado dos torres, aunque por problemas de licencia quedó en una única torre pero que ni siquiera en los años 60 el hormigón visto lució blanco.

Es uno de los edificios más interesante de Madrid, que su arquitecto, Francisco Javier Sáenz de Oiza (1918-2000) planteó como un experimento, gracias al promotor y constructor Juan Huarte, que apoyó el proyecto y lidió con todas las administraciones para que fuera posible.
Torres Blancas

Un edificio, calificado como ‘obra maestra del organicismo’ diseñada en colaboración con Juan Daniel Fullaondo y Rafael Moneo, entonces miembro del equipo del prestigioso arquitecto.

Oíza quiso hacer un edificio de viviendas singular, muy alto, que creciera orgánicamente, como un árbol o como un conjunto arbóreo, recorrido verticalmente por escaleras, ascensores e instalaciones, como si fueran venas o vasos leñosos que unían las viviendas con el suelo.

La distribución de las viviendas mostraban agrupaciones en racimos de dormitorios y baños o de cocina y de salones, con terrazas de formas curvas que no llegaban a tocarse, permitiendo que la luz se filtrase a través de ellas, matizadas por la vegetación.

El edificio de hormigón se expande en la parte alta como la copa de un árbol, abriéndose en varias plataformas circulares, de manera que toda la forma exterior responde al trabajo para establecer un nuevo diálogo entre arquitectura, jardín interior y paisaje.

"Yo sería feliz si las hormigas llegasen hasta arriba" dijo Oíza en una ocasión



En este proyecto aunó en una síntesis personal a Le Corbusier y Frank Lloyd Wright. De Le Corbusier, la idea de viviendas con jardín en altura, como en los Inmuebles Villa, y de Wright, el esquema de la planta de la torre Price – pero con una forma totalmente distinta.

El edificio Torres Blancas es una de las buenas obras de Saenz de Oiza, y no sólo un experimento de vivienda como los que abundaban en los ’60, lo que se demuestra con una prueba irrefutable: el arquitecto vivió ahí hasta su muerte.

Construido entre 1964 y 1969, tiene 71 metros de altura y 23 pisos.
Situación: Calle Corazón de María, nº 2 esquina con Avda de América, nº 37.

Más información y fuentes: El PaísEspaciollenovacio, Elmundo y Plataformaarquitectura


Comentarios