Ya en mi barrio desaparecieron, hace más de 10 años, todas las tiendas de lanas, hilos y ovillos y casi las mercerías. Había que ir al centro para conseguir material. Después se redujo el local de la plaza Mayor del mítico El Gato Negro por suerte aún quedan los almacenes de la calle Pontejos.
Afortunadamente con la moda vintage y la necesidad de crear algo por tí, de buena calidad y relajarse han surgido pequeños locales de venta de ovillos y talleres con muchísimos jovenes aficionados y blogs inspiradores como PaseandoHilos.
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