Castillo de San Servando

Castillo de San Servando
Es un castillo medieval al que se accede atravesando el puente de Alcántara ofrece unas estupendas vistas del Alcázar y de la ciudad de Toledo.

Mientras preparaba esta entrada he descubierto que cuenta con fantasma, aunque ni el grupo de pintores que estuvimos ni yo nada vimos. Cuentan dos leyendas sobre él que podéis leer MisteriosdeToledo.com

Fue uno de los lugares de Toledo citado en el Cantar del Mío Cid, en su cantar tercero (La afrenta de Corpes):
"Don Alfonso hacia Toledo quería volverse ya;
pero el Cid aquella noche no quiso el Tajo pasar.
«Merced os pido, señor, a quien Dios libre de mal,
entrad vos, rey don Alfonso, en Toledo, la ciudad,
en San Servando me quiero yo con los míos quedar,
que muchas de mis compañas esta noche llegarán.
La noche la velaré rezando en este lugar
y mañana al ser de día entraré en esa ciudad
y antes de comer el Cid ante la corte estará».
Le contesta don Alfonso: «Pláceme de voluntad».
El rey de Castilla entonces en Toledo se fue a entrar
y el Cid en aquel castillo de San Servando se está.
Manda que enciendan candelas y las lleven al altar,
quiere velar en aquel paraje de santidad,
a Dios estarse rogando, con Él en secreto hablar.
Álvar Fáñez de Minaya y los otros que allí están
cuando vino la mañana dispuestos se encuentran ya."


Un poco de historia

Fortaleza: por su situación estratégica debió fortificarse pronto, bien como cabeza de puente, o para el control de la calzada y el acueducto romano.
Posteriormente debió existir un monasterio visigodo y una fortaleza árabe. 

Una vez tomada la ciudad de Toledo en 1085 por el rey Alfonso VI, éste refundó en la fortaleza un monasterio, bajo la advocación de los santos Servando y Germano, en agradecimiento por haber salvado su vida en la batalla de Sagrajas. 
El monasterio vivió años de abundancia con las continuas posesiones que le otorgaban los reyes, hasta sufrió en el año 1099 el primer ataque de los almorávides. Al que siguieron otros durante la primera mitad del siguiente siglo, lo que provocó su abandono como monasterio, decayendo también su importancia estratégica después de la batalla de las Navas de Tolosa (1212), por lo que fue abandonado. 

Con las luchas entre Pedro I y Enrique de Trastámara (S.XIV), vuelve a adquirir importancia militar y el Arzobispo Tenorio ordena su reconstrucción. Las obras terminaron en 1386, siendo de esta época los restos del edificio que nos han llegado. 
En 1857 se convirtió en polvorín, en 1873 se subastó  por 3.500 pts y ante el peligro de demolición fue declarado Monumento Histórico Artístico Nacional en 1874, siendo el primer castillo que ostentó tal denominación.
Se reconstruyó nuevamente en 1959 y desde entonces ha sido colegio menor, residencia universitaria, sede de las Cortes de Castilla La Mancha y actualmente Albergue Juvenil.



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