La Real Fábrica de Paños

La Real Fábrica de Paños de Brihuega (Guadalajara) fue construida durante el siglo XVIII en el marco de la política de industrial impulsada por la monarquía. De ella, se conserva el edificio principal y los jardines, de estilo romántico. Éstos últimos fueron reabiertos en 2016.

Jardines de la Fábrica de Paños
Jardines de la Fábrica de Paños en Brihuega
En el año 1718 se crea la Real Fábrica de Paños de Guadalajara, pionera en este tipo de establecimientos en España, que junto con Vicálvaro y San Fernando formaban parte de la red de manufacturas reales del país.


En el extremo norte de la villa de Brihuega se encuentra la Real Fábrica de Paños, una joya de complejo industrial del siglo XVIII. La abundancia de materias primas, la tradición textil iniciada ya en el siglo XIII y el agradecimiento de la corona, por el apoyo a la causa borbónica, fueron la causa de su fundación por el rey Fernando VI en 1750. Se construyó dentro del recinto amurallado en el lugar que ocupaba la ermita de Santa Lucía. Tras un esplendor en que llegó a tener 100 telares y varios batanes para el lavado de los paños, fue saqueada en la Guerra de la Independencia y su edificio usado como cuartel francés. En 1840 pasa a manos privadas siguiendo la fabricación hasta la guerra Civil de 1936.

El edificio busca nuestra mirada con su aspecto circular que sobresale de su entorno visual y estéticamente. Se trata de un edificio del siglo XVIII, con puerta barroca de 1810, que da acceso a un patio con capilla, diseñado para dar luz suficiente a los telares que se instalaban en la rotonda. El zaguán da paso a un patio alargado y éste a dicha rotonda.

Los jardines se levantaron después de 1840 con un bello trazado geométrico formando una malla intrincada de estructura casi barroca, con girolas, cenadores y un gran mirador sobre el Tajuña, su aspecto versallesco envuelve el espacio y nos invita al descanso y la observación.


In the north of Brihuega we find the Royal Cloth Factory, a treasure of the 18th century industrial complex. The abundance of textiles, the textile tradition which started in the 13th century and the Crown’s gratitude were the reasons why it was founded by Ferdinand VI in 1750.
 It was built inside the walled area, where the Santa Lucía hermitage was. After a splendour period, when there were 100 looms and some fulling mills for the cloth washing, it was looted in the Independence War and the building was used as French headquarters. In 1840 it was transferred to private ownership, which continued production until the Civil War in 1936.
The building wants to attract our attention with its round shape which stands out in the area visually and aesthetically. It is a 18th century building, with a baroque door of 1810, which provides access to a courtyard with a chapel, designed to illuminate the looms which were in the rotunda. The hall provides access to a long courtyard, and this one to the rotunda.
The gardens were created after 1840 with a beatiful geometric layout which forms a intricate pattern of almost baroque structure, with ambulatories, arbours and a lookout over Tajuña river. These Versalles-style gardens invites us to rest and observe.

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